En los EE. UU., Alrededor del 85 por ciento de todos los adolescentes sufrirán de acné y muchas de estas personas llevarán la aflicción hasta la edad adulta. No obstante, existe un tratamiento casero muy eficaz y una cura para el acné que ciertamente no es un estado de salud normal. Sin lugar a dudas, las oleadas de hormonas que acompañan a la pubertad son responsables de un aumento en la secreción de sebo (aceite de la piel) que se asocia con la embestida del acné. Algunos investigadores han transmitido la teoría de que el acné es una enfermedad que se transmite genéticamente. Otros han apoyado la idea de que las condiciones externas, como los alimentos que ingerimos, son los factores más importantes. En nuestra cultura occidental que consume el 47% de las calorías de grasas y aceites (esta es una cantidad enorme, debería ser del 10%), Los factores genéticos pueden tener un papel importante en la propensión de una persona a desarrollar acné. Para saber realmente si la dieta es o no el factor dominante que causa el acné, tendríamos que demostrar que el acné falta en las culturas que tienen dietas que varían significativamente de lo que comen los estadounidenses.
Es muy probable que su médico repita el dogma reinante de que el acné y el exceso de grasa en la piel no están relacionados con lo que come. Cuando escuche esto, pida ver la evidencia. Entonces serás testigo de cómo este hombre de ciencia se queda sin palabras con nada más que trivialidades vacías. Estos datos inexactos se remontan a un único artículo escrito por el Dr. James Fulton en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense en 1969. Además, las conclusiones de este estudio han sido correctamente criticadas y cuestionadas de manera efectiva durante más de veinticinco años. Debido a esta desinformación, muchos millones sufren.
Treinta adolescentes fueron estudiados por el Dr. Fulton (16 hombres y 14 mujeres) que eran pacientes en una clínica para el acné. También se estudiaron treinta y cinco jóvenes varones adultos en prisión con afecciones de acné de moderado a leve. El estudio fue financiado por la Asociación de Fabricantes de Chocolate de América. Proporcionaron a los participantes dos variedades de barras de caramelo: una contenía chocolate y la otra no. El contenido de ambas barras era principalmente azúcar y grasa y tenía calorías muy parecidas (595 y 558 por barra de chocolate). Se pidió a los participantes que consumieran una barra u otra cada día durante cuatro semanas. No se cambió ningún otro aspecto de su dieta durante la duración del experimento. El Dr. Fulton y sus asociados luego hicieron un censo de las espinillas. Cuarenta y seis de los sesenta y cinco participantes no mostraron cambios en el recuento de granos. Diez mejoraron y nueve fueron peores. Cabe señalar que la cantidad de sebo (aceite de la piel) se elevó en un 60 por ciento cuando se consumió cualquiera de las barras de caramelo azucaradas con alto contenido de grasa, independientemente de si contenía chocolate o no. Es asombroso que el resultado de este estudio, muy defectuoso y totalmente irrelevante (solo examinó los efectos del chocolate) sea la base sobre la que se afirma que el acné no es causado por la dieta.
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